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Futuro

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Hacia una economía circular en tiempos de incertidumbre

Andreu Vilà | Director General de Ecotic

“La gestión de los RAEE constituye uno de los pilares de la transición hacia una economía circular más eficiente en el uso de recursos. Pero afrontamos importantes retos e incertidumbres en cuanto al futuro de un sector estratégico en la defensa del medio ambiente, para los que será necesario un ejercicio de realismo y un decidido esfuerzo compartido”

La alternativa de un marco normativo flexible

 

En memorias anteriores invitábamos a realizar un ejercicio de reflexión sobre el objetivo de recogida del 65% de las cantidades puestas en el mercado en promedio de los últimos tres años, con entrada en vigor a partir de 2019, preguntándonos si respondía a la lógica del sector. La experiencia a nivel de toda Europa muestra que, como vaticinábamos, los niveles de recogida distan sensiblemente de este objetivo y que la realidad de las cantidades de aparatos puestas en el mercado y de generación de residuos no corresponde a una correlación directa, y que esta resulta muy variable por categorías de aparatos.

 

Este fenómeno obedece a dos motivos principales. Por una parte, se debe al bajo índice de sustitución de aparatos como los equipos de aire acondicionado o los paneles solares, con vidas útiles notablemente superiores a la de otros aparatos, o a la dificultad para hacer aflorar residuos de pequeños aparatos como los smartphones, que tienden a acumularse en los hogares. Según el I Barómetro de la Vida Digital en Europa, el 47% de los españoles almacena sus antiguos teléfonos móviles en casa, un 31% lo cede a otras personas, un 10% lo vende en Internet, y sólo un 1% los deposita junto al resto de residuos.

 

Desde Ecotic, seguimos defendiendo que una alternativa viable sería la adopción de un modelo flexible como el que se ha instaurado en otros países de la Unión Europea como Italia o Francia, ya que establecer objetivos por categorías y acorde a la cantidad de RAEE generado se ajustaría más a la realidad. Y en este mismo sentido, consideramos necesario trabajar en la optimización de los criterios de clasificación de los residuos en el ámbito doméstico y profesional, a fin de contribuir a la mejora del sistema.

 

Consideramos que un modelo de este tipo constituiría una alternativa plausible frente a una legislación intervencionista que dificulta las iniciativas para mejorar los resultados de gestión. Como miembros de WEEE Forum, principal asociación internacional de sistemas colectivos de gestión de RAEE, estamos trabajando en un proyecto que verá la luz previsiblemente durante el último trimestre del año y que propondrá recomendaciones basadas en los múltiples factores que determinan las dinámicas de la generación y gestión de RAEE.

Hacia un modelo de responsabilidad compartida

 

La Ley 22/2011 de residuos y suelos contaminados define la denominada Responsabilidad Ampliada del Productor (RAP), estableciendo las obligaciones de los productores tanto en la fase de diseño y producción de los productos, como durante la gestión de los residuos al final de su ciclo de vida útil. Si bien los productores tienen una gran cuota de responsabilidad en el modelo de gestión de los RAEE, no son los únicos actores con responsabilidades exigibles.

 

Desde Ecotic, consideramos que el éxito de dicho modelo depende de la necesaria colaboración de todos los actores que intervienen en la cadena de valor de los aparatos y sus residuos, desde las Administraciones Públicas, los gestores de residuos, los instaladores y distribuidores, los comercios y los responsables de la venta online de aparatos, e incluso los propios consumidores. Todos y cada uno de nosotros debemos asumir nuestra cuota de responsabilidad.

 

Consideramos que el control efectivo sobre el cumplimiento de las obligaciones en materia de reciclaje de productores y distribuidores debe ser muy riguroso, evitando los flujos irregulares. Es necesario por tanto que las Administraciones realicen inspecciones y apliquen las sanciones pertinentes en caso de incumplimiento, lo que conllevaría un incremento de los RAEE que llegan a los adecuados cauces de gestión.

 

Asimismo, creemos que un factor clave para la mejora sustancial del control y la gestión de los RAEE sería requerir a todos los agentes implicados en la cadena de gestión que cumplan los requisitos mínimos que se recogen en los estándares europeos EN 50625 y EN 50614, que han sido desarrollados bajo el mandato de la Comisión Europea.

 

La aplicación normativa de estos estándares nivelaría las reglas del juego, a la par que aumentaría el nivel de protección medioambiental a nivel nacional y comunitario al estar basados en la tecnología de vanguardia, y contribuiría a una mayor tasa de recuperabilidad de materiales, en línea con las estrategias de sostenibilidad y economía circular marcadas por Europa y otras regiones.

 

Es, por tanto, fundamental realizar un llamamiento para que la responsabilidad del cumplimiento de los objetivos no recaiga de forma exclusiva en los SCRAP, sino en todos los agentes de la cadena de valor, tanto a nivel de información y reporte como a través de la definición de requisitos legales específicos para cada uno de ellos.

 

Resulta preocupante que, tras cinco años de la publicación del Real Decreto 110/2015, la plataforma electrónica que debe contabilizar las cantidades tratadas fuera del flujo de los Sistemas de Responsabilidad Ampliada no esté operativa. La Administración española apostó por un sistema donde se contabilizarían los flujos de los SCRAP y de los gestores, y después de 5 años solo se contabiliza el flujo de los SCRAP.

 

Consideramos que la parte de responsabilidad correspondiente a los SCRAP debe, por tanto, establecerse en base al residuo disponible para nosotros y no en base a todo el residuo existente, ya que de este modo nos encontraremos irremisiblemente ante la imposibilidad del cumplimiento de los objetivos.

El necesario realismo del sector ante la crisis

 

Si bien hemos argumentado la necesidad de revisar los objetivos a tenor de las cifras de recogida en todo el continente, la coyuntura originada por la pandemia de la COVID-19 a nivel mundial ha supuesto un impacto sin precedentes sobre la industria de la fabricación y distribución de aparatos y, por ende, en el sector del reciclaje.

 

Debemos considerar que nuestra actividad se ha visto condicionada por una drástica caída de las ventas y el efecto del cierre temporal de los puntos municipales de recogida y de las tiendas, principales puntos de recogida de este tipo de residuos, ya que más del 60% del RAEE doméstico se canaliza a través de la distribución.

 

Ante esta realidad, todos los SCRAP dedicados a la gestión de RAEE que operamos en España hemos elevado una petición conjunta dirigida al Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico solicitando la suspensión de los objetivos actuales de reciclaje, y que tenga en consideración la necesidad de ajustarlos a la evolución de la economía y a las dinámicas del mercado, ya que en el contexto actual resulta materialmente imposibles alcanzarlos.

 

Asimismo, desde Ecotic suscribimos la posición de asociaciones internacionales que representan a la industria como APPLiA o DIGITALEUROPE, que han urgido a las autoridades europeas a aliviar algunos de los requisitos legales vigentes. Entre ellas destaca el aplazamiento de las nuevas disposiciones de etiquetado energético, la demora de la fecha de solicitud del segundo nivel de los requisitos de diseño ecológico o el aplazamiento de los objetivos de recogida de RAEE.

 

Si bien el compromiso de la industria con los objetivos medioambientales de la Unión Europea permanece intacto, consideramos que las autoridades competentes deben mostrar la suficiente flexibilidad para dar una respuesta adecuada a una situación sin precedentes, a fin de preservar la continuidad y el futuro de la industria de electrodomésticos, uno de los grandes motores de la innovación y el empleo en Europa.